
Jóvenes políticos malhumorados recién salidos de una reunión estratégica acerca de cómo darle la vuelta a la paralización del gobierno pasan en fila por la mesa del desayuno continental en el Motel local nº 6 cierran con un chasquido sus maletines Samsonite sacudiéndose las migas de las magdalenas de avena de sus trajes de algodón mientras al otro lado de la calle en el cementerio local de sueños muertos en una pila creciente de polémicos cadáveres, víctimas de una civilización de metal los empleados de mantenimiento saciados con el menú del día recogen rechazo y con los clavos ensamblados en las puntas de las asas de rastrillos viejos lanzan con venganza imperial envoltorios de plástico y vasos desechables agitados por […]