
Fuente original En los últimos años lo político y lo social de Occidente se está refugiando en ciertos discursos de extrema derecha como reacción a, por un lado, la crisis perpetua y progresiva de precariedad y explotación al que el capitalismo ha condenado a casi todas las regiones del mundo y, por otro, a los avances en derechos, concientización y representatividad de segmentos de la población tradicionalmente marginalizados como es el feminismo, el antirracismo, el activismo LGBT, el ecologismo, etc. Esta ofensiva ultraconservadora está obteniendo un relativo éxito en el mundo occidental. La capacidad de medrar gracias a explotar sentimientos primarios, como el odio o el miedo, se han mostrado especialmente eficaces para despreciar cualquier análisis crítico, así como emociones […]