Citlalli Domínguez-Domínguez
Lilyam Padrón Reyes
(Coordinadoras del número)
En 1492, el llamado “descubrimiento de América, y más tarde los numerosos viajes de exploración y conquista del siglo XVI, dieron por resultado la colonización de nuevos territorios, que serían espacios creadores de nuevos procesos sociales, económicos y culturales. En este sentido, el Caribe jugó un rol fundamental en la consolidación y expansión de la empresa colonizadora europea, especialmente de la hispana. El alcance de esta expansión tuvo en la fundación de las primeras ciudades caribeñas((Las primeras ciudades castellanas estuvieron establecidas en el espacio caribeño, las cuales hasta inicios del siglo XVI eran la frontera del mundo occidental con el americano. Entre las primeras ciudades fundadas están: la ciudad de San Salvador, Santo Domingo, San Juan de Puerto Rico y más tarde Santiago de Cuba y La Habana. Cfr. Elías Caro, Jorge Enrique y Vidal Ortega, Antonino (2010): Ciudades portuarias en la Gran Cuenca del Caribe. Visión histórica. Universidad del Norte, Ediciones Uninorte.)), la base que le permitió llevar a cabo la aplicación de una proyección de largo alcance en el transcurso de la época moderna. Todo esto, transformará el marco de las relaciones locales/regionales de las sociedades americanas que, trastocadas por la expansión castellana, propiciará el surgimiento de nuevos y diferentes actores políticos, económicos y sociales que formarán parte indiscutible de lo que algunos especialistas consideran la primera “mundialización” o “mundialización ibérica” (Gruzinski, 2011).
Partiendo de ello, en el marco de los encuentros académicos del 4to Congreso Latinoamericano y Caribeño de Ciencias Sociales (FLACSO, Salamanca, 2017) y el XVIII Congreso de la Asociación de Historiadores Latinoamericanistas Europeos (AHILA, Valencia, 2017) convocamos a diversos especialistas y estudiosos en el debate sobre el Caribe y el análisis de los procesos y dinámicas que tendrán lugar en su configuración espacial, tanto en las zonas de costas como en el interior de las ciudades y villas entre los siglos XVI-XIX. Como resultado de las ponencias y reflexiones de los simposios celebrados nació la publicación de este dossier en la revista Iberoamérica Social, tomando en consideración su amplio perfil inter y transdisciplinar respecto a los estudios sociales en el ámbito iberoamericano.
El estudio de la zona caribeña si bien en los últimos años ha sido abordado desde múltiples enfoques y metodologías((Nos referimos a los trabajos de: MARCHENA FERNÁNDEZ, Juan et al (1993): La influencia de España en el Caribe, La Florida y La Lousiana, 1500-1800, Madrid, Ed. Mapfre. MONTERO SORIA, Pablo (2003): Burocracia, administración y globalización en la Colonia, en revista Cuicuilco Nueva Época, no.29, pp.69-79. VON GRAFENSTEIN GAREIS, Johanna (Comp.) (2006): El Golfo-Caribe y sus puertos (1600-1815), México, Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora.)), su amplio marco de circulaciones y referencias constituye una fuente inagotable para nuevos acercamientos que nos ayuden a pensar su interrelación histórica dentro del espacio atlántico. Los textos seleccionados están organizados de manera cronológica, y nos invitan a adentrarnos en los diferentes procesos económicos, sociales, políticos y militares que se generaron en la América española. Todos como resultado de la mundialización ibérica en estos territorios, pero también nos llaman a descubrir la originalidad de las sociedades americanas, quienes no fueron una extensión de sus pares europeas. Así, los diferentes artículos, si bien contienen temáticas diferentes, estas resultan complementarias, pues el análisis empleado por sus autores puede llevarnos a realizar una lectura transversal de las diferentes categorías y efectos.
Cabe mencionar, que los trabajos enmarcados en los siglos XVI y XVII aportan una amplia visión de la participación de los diferentes actores, principalmente, de castellanos, africanos, portugueses y extranjeros que dieron vida al comercio global a través de su implicación en la construcción de redes económicas y sociales alternas a la política oficial. Para llevar a cabo estas redes fue de vital importancia el papel de las ciudades portuarias como dinamizadoras de intercambios y nuevas identidades.
Por otra parte, los trabajos que abordan las dinámicas sociales y políticas del siglo XVIII y primera mitad del XIX, analizan la necesidad que tuvo la Corona española de reformarse en pleno ocaso del sistema imperial y el auge de los procesos independentistas por toda la América del Sur. Estos textos muestran el cambio y la ruptura de la política absolutista llevada hasta entonces en los territorios de ultramar. Para lograr “modernizar el modelo colonial”, fue necesario estrechar los vínculos con las élites locales, en aras de perpetuar el dominio político de la Monarquía en sus posesiones caribeñas, y particularmente en Cuba.
Damos inicio a nuestro dossier con el trabajo de Citlalli Domínguez, “Uniendo el comercio de la mar del norte y la mar del sur: La bioceanidad en el Caribe vista a través del eje Veracruz- Acapulco, en la segunda mitad del siglo XVI“, donde se examina la significación de las redes mercantiles que intervendrán en la consolidación económica de los principales enclaves novohispanos del Golfo-Caribe en el período. A partir del concepto de la bioceanidad el artículo ofrece una aproximación a la dinámica económica y social que conectará desde comienzos del siglo XVI los puertos de Veracruz y Acapulco, y que acarreará entre sus principales consecuencias la aparición y especialización de nuevos actores y mercados, como agentes de un proceso de globalización comercial que trasladará finalmente al enclave de Veracruz la hegemonía comercial en el periodo.
En la siguiente entrega Ignacio Chuecas, bajo el título “El Caribe portugués: sobre políticas imperiales, redes planetarias y la presencia de portugueses en el Caribe durante el gobierno de Felipe III (1598-1621)”, refleja la problemática en torno a las agencias de actores portugueses y las medidas que se tomaron en relación a ellos en los círculos de la administración colonial hispana. A partir de un estudio de caso analizará los condicionamientos particulares que en el Caribe español tendrán como repercusión directa que los súbditos lusitanos fuesen advertidos dentro de la condición de “extranjeros” a pesar de su condición de vasallos formales. Asimismo, el autor se encargará de revelarnos las complejas redes de intercambio que manejarán los portugueses para insertarse dentro de la llamada “economía-mundo”, así como los mecanismos sociales utilizados para legitimar sus orígenes ante los círculos de poder colonial.
Dando visibilidad al tema de la defensa imperial y sus consecuencias políticas y formales en el Caribe, Lilyam Padrón nos propone en “Santiago de Cuba: del “abandono” al perfeccionamiento en su sistema defensivo, siglos XVII- XVIII”, un acercamiento a la concepción defensiva del suroriente cubano, centrando su interés en la guarda de la ciudad de Santiago de Cuba. Tomando como base en su investigación la puesta en valor de sus principales fortificaciones nos presenta una nueva lectura a los cambios políticos y militares que intentarán asegurar un equilibrio de poderes locales que resguardasen la soberanía hispana en el área caribeña.
Por su parte, Dorleta Apaolaza presenta en “La Habana ilustrada del siglo XVIII: sus transformaciones urbanas a través de la mirada de los bandos de buen gobierno. “Cambiando la imagen de poder”, una interpretación del poder colonial a través del estudio de caso de La Habana y la importante reforma urbanística que motivarán las disposiciones oficiales que conocidas como “bandos de buen gobierno” tendrán lugar desde fines del siglo XVIII en la capital cubana, y que serán un fiel reflejo del proceso de modernización real en estrecha relación con un mejor control del territorio y su población en cuestión.
Como término de nuestro dossier, el artículo “La Constitución de Cádiz y la división del territorio cubano en provincias” de Alain Santos efectúa un análisis de la aplicación de la Constitución gaditana de 1812 en Cuba, y la implicación política de las élites locales del interior de la isla en relación al discurso liberal, con el objetivo de fomentar una nueva división territorial que les asegurase un equilibrio de poderes respecto a la hegemonía absolutista habanera.
A modo de resumen, presentamos una lectura de la historia del Caribe a través de la realidad de sus actores y procesos, que nos ayuda a entender la realidad de un marco geográfico que trascenderá más allá de sus fronteras políticas y marcará una gran importancia geoestratégica en el espacio atlántico a lo largo de toda la modernidad. De esta forma, apuntamos desde un diálogo inter y transdisciplinar en el estudio de las diferentes problemáticas y categorías que desde el nivel local/regional nos sirvan en el análisis y conceptualización de procesos que verán su evolución histórica en la media y larga duración.
Referencias
Elías Caro, J. E. y Vidal Ortega, A. (2010). Ciudades portuarias en la Gran Cuenca del Caribe. Visión histórica. Universidad del Norte, Ediciones Uninorte.
Gruzinski, S. (2001). Las cuatro partes del mundo: historia de una mundialización. México, Fondo de Cultura Económica.
Marchena Fernández, J. et al (1993). La influencia de España en el Caribe, La Florida y La Lousiana, 1500-1800. Madrid, Editorial Mapfre.
Montero Soria, P. (2003). Burocracia, administración y globalización en la Colonia, en Cuicuilco Nueva Época, no. 29, pp. 69-79.
Von Grafenstein Gareis, J. (Comp.) (2006). El Golfo-Caribe y sus puertos (1600-1815). México, Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora.
Wood, Y. (1989). Repensar el espacio Caribe, en Anales de la Universidad de La Habana, no.236, pp. 67-80.