El sorprendente triunfo en la primera vuelta presidencial del candidato de ultraderecha José Antonio Kast, por sobre el candidato Gabriel Boric, no solo pone en jaque la posibilidad de un futuro gobierno de corte transformador en Chile, sino que pone en riesgo el mismo proceso constituyente en curso en el país.
La verdad es que cuesta mucho entender lo que pasó en Chile aquel día, ya que veíamos el ascenso de la ultraderecha negacionista como una amenaza que no llegaría tan pronto, considerando todo lo que ha pasado en el país y el derrumbe del gobierno de Sebastián Piñera, luego de la revuelta social y la instalación de la Convención Constitucional.
Si bien el porcentaje de votos alcanzado por Kast no es muy alto (27, 91%), el problema mayor es lo poco que sacó el candidato de Apruebo Dignidad (25, 83), el cual obtuvo prácticamente lo mismo que sacó en primarias (sumado a los votos de Daniel Jadue), lo que refleja que su candidatura convocó muy por debajo de lo que se esperaba.
Las causas de la baja votación de Gabriel Boric son seguramente múltiples y responden a distintos factores internos y externos de la campaña, pero lo que está claro, es que para obtener un triunfo en segunda vuelta el próximo 19 de diciembre, tendrá que inevitablemente ceder mucho de su programa de gobierno antineoliberal y hacer alianzas con sectores de izquierda más conservadores, como es el caso de los partidos de la ex concertación.
Asimismo, pareciera que también tendrá que dar respuesta al discurso impulsado por Kast, centrado en el miedo y en el orden público, en donde la delincuencia, el narcotráfico y la falta de certeza económica, pareciera que serán los temas que instalarán los grandes medios de información para los próximos debates entre los dos candidatos.
De ahí que Boric, haya entendido que la seguridad sea un tema central para las próximas semanas, y que esté adaptando su discurso de campaña, lo que obviamente es un riesgo, ya que puede ser visto como algo no creíble a estas alturas, pudiendo ser incluso contraproducente.
Por lo mismo, el haber sumado a Eduardo Vergara, como encargado de seguridad en su comando, es un acierto, considerando que no bastará con que hable del tema, en la medida que no plantee un discurso que se diferencie de la ultraderecha, cuestionando así fuertemente el populismo penal y la guerra contra las drogas de Kast, y proponga una alternativa sin complejos desde la izquierda, que vaya mucho más allá de lo punitivo 1.
Lo mismo con respecto al ámbito económico, el cual debiera volcarse al chileno y chilena promedio, los cuales han sido abandonados por un Estado negligente y abusados por grandes sectores empresariales, haciendo que las familias vivan completamente bancarizadas, a través del crédito, mientras el Estado goza de grandes reservas en el extranjero.
Ante esto, sería interesante incorporar también en el comando al economista de la Fundación Sol, Marco Kremerman, quien mejor que nadie en el país, ha desmontado empíricamente el mito de la llamada clase media 2, la cual no es otra cosa que una construcción de las elites, que ha permitido instalar un discurso del esfuerzo individual, de la meritocracia y del emprendimiento.
No obstante, más allá de estas estrategias de campaña para la segunda vuelta, lo que más debiera preocuparnos, en el caso de ganar José Antonio Kast la presidencia, no es su gobierno propiamente tal, el cual estará limitado al no tener la mayoría en el congreso, sino en el uso de su cargo para hacer una campaña desde el ejecutivo contra la Convención Constitucional.
El candidato del Partido Republicano ya ha manifestado explícitamente que de ser presidente, y no estar de acuerdo con el texto constitucional que se escriba, lo que seguramente será así, levantará la bandera del rechazo para el plebiscito de salida del año 2022 3, siendo su gobierno un mero instrumento para una restauración conservadora.
Un escenario así, de confrontación entre José Antonio Kast y la Convención Constitucional, no solo le haría un daño gigantesco a la democracia del país, sino que podría generar un clima de violencia política de alcances insospechados, trayendo consigo mucha sangre y una fractura total en el país.
En consecuencia, Kast de manera irresponsable estará usando su cargo de presidente para destruir la paz social que tanto dice defender, pasando por encima todo lo que se está intentando construir institucionalmente para el país, dejando en evidencia que más que el bien en Chile, está preocupado de mantener el orden autoritario, haciendo fracasar el proceso constituyente, para mantener a cualquier precio la constitución de 1980.
Frente a todo lo señalado, el triunfo de Gabriel Boric el próximo 19 de diciembre, es mucho más que el triunfo de un candidato en particular, del Pacto Apruebo Dignidad o de un sector político determinado. Tiene relación con cuidar la convivencia en el país y la defensa de un proceso inédito, que fue llevado por millones de chilenos, que creyeron que se podía hacer una constitución de manera distinta, después de más de 200 años de historia.
Notas
Cambiando nombres y fechas, el artículo también aplica para otros países latinoamericanos. Creo que Andrés K. acierta al señalar que Gabriel Boric debe centrarse en lo que es el discurso de una nueva izquierda, sin estar tratando de ripostar a todas las artimañas de Kast. Este Kast, igual que Duque, Bolsonaro y demás neofascistas latinoamericanos, no tendrá escrúpulos a la hora de arrasar el país en aras a mantener la bicentenaria situación de desigualdad y explotación. Pero la gente latina sigue pensando en el mesías, el salvador, y no se dá cuenta que lo que se debe hacer es una construcción común, solidaria y comprometida. Hermanos chilenos: ¡aún están a tiempo de defender la democracia y la nueva Constitución!
Con gran pena, me da en el comentario anterior sobre este artículo, haber hecho una referencia confusa al identificar a Isabel Allende, como Presidenta de Chile y no a Michelle Bachelet.Expreso mi pena y excusa.
Ha mucha diferencia de elecciones ocurridas en estos últimos meses en países latinoamericanos en los cuales no hubo mayor sorpresa para sus pueblos en los ganadores(Nicaragua, Bolivia, Perú Honduras), la situación de Chile, llama a realizar buenas puntadas en el calzado que se hace con este cuero, que vemos que en política, no está bien curtido, las votaciones a la Constituyente brindó aires o vientos de seguros cambios en un pueblo que todavía lava la sangre de las gradas de sus estadios y limpia sus calles de afiches y murales de desaparecidos en el derrocamiento del Presidente más democrático(Salvador Allende) que ese pueblo se había dado en más de 30 años de gobiernos derechistas. Este nefasto proceder, permitió que en el Palacio de la Moneda se atrinchillara uno de los dictadores más sanguinario de ese país del Sur, por más de de 20 años, lo que les trajo a ese país gobernantes que siempre se coqueteaban con los capitales transnacionales, haciéndole creer al pueblo que el desarrollo de una clase media enquistada en la administración pública con un sector empresarial privado multi subsidiado por el gobierno, su crecimiento económico sería eterno, luego, esta clase media venida a menos en los gobiernos de la hija de Allende, «supuesta socialista», no hizo nada en ninguno de sus dos períodos presidenciales por cambiar la constitución pinochetista. Con este handicap, la izquierda chilena no ha sabido capitalizar ni las angustias de esa clase media, que no está con ella, ni con el pueblo pobre, que no solo crece en las estadísticas de las ONG que hacen estudios sobre los más necesitados para recibir las subvenciones que costean esas investigaciones. Ahora bien, en una campaña electoral que ha sido asignada por un discurso de un joven que medianamente movió a sus electores, enciende sus alarmas de preocupación, porque su discurso no ha llegado a ese amplio sector de comerciantes medios, profesionales y técnicos que es la casta que domina las votaciones de los candidatos que le ofrecen mejoras salariales y recuperación de su status quo. No obstante la clase mayoritaria y más paupérrima no se ha movido mayoritariamente como se espera que lo haga este 19, como así también es juventud atraída por las ofertas frescas del novel candidato Gabriel Boric,quien siendo muy joven no ha calado en esos sectores, posiblemente por no quererse manejar o parecerse al candidato de la derecha José Antonio Kast, quien como otro político demagogo y burócrata empresarial está ofreciendo gobernar al estilo Jahir Bolsonaro, quien le ofreció abundancia al pueblo brasilero, y desde que llegó al gobierno el pueblo es más pobre. Aunque las realidades sociales son distintas, los analistas del discurso concluyen que tanto el malo de Brasil, como el candidato derechista Kast que aspira ganar la Presidencia este 19 de diciembre, no tiene ni tendrá nueva oportunidad, dado que, como lo dijo Allende, Gabriel Boric hará honor a su juventud el cual es afirmatorio SER JOVEN Y SER REVOLUCIONARIO ES UN ORGULLO PARA EL PUEBLO CHILENO, SER ELECTO PRESIDENTE.2021-2025.