Paul Karl Feyerabend, filósofo de la ciencia austriaco del Siglo XX, concibió el anarquismo epistemológico mediante su propuesta de que los procesos científicos debían estar libres de cualquier dogmatismo científico, epistemológico o metodológico. Feyerabend plantea que se realicen mediante un ejercicio total de la libertad del científico, es decir, aplicando todos sus conocimientos, poniendo en juego las diferentes metodologías para construir teorías según convenga, colocando elementos contraracionales (que podrán llegar a ser racionales), estableciendo hipótesis ad hoc (que validen particularidades), en definitiva, estableciendo la máxima libertad en los procesos de investigación. La verdad científica ni está completa ni es generalizable, sino que es un proceso histórico-dialéctico en el que se van descubriendo nuevas verdades que podrán ser definitivas hasta que sean derrumbadas en pos de otras verdades. Nada es concluyente ni inmutable.
La idea de un método que incluya principios científicos, inalterables y absolutamente obligatorios que rijan los asuntos científicos entra en dificultades al ser confrontada con los resultados de las investigaciones históricas. En ese momento nos encontramos con que no hay una sola regla, por plausible que sea, ni por firmemente basada en la epistemología de la que venga, que no sea infringida en una ocasión u otra. Llega a ser evidente que tales infracciones no suceden accidentalmente, que no son el resultado de un conocimiento insuficiente o por falta de atención que se podrían haber evitado. Por el contrario, vemos que son necesarias para el progreso.
(Paul K. Feyerabend, 1986)
Esta breve lectura de las bases del anarquismo epistemológico de Paul Feyerabend le valió para ganarse el apodo de “Enemigo de la Ciencia” por parte de los científicos de la época. El dogmatismo imperante en cada uno de los campos epistemológicos no toleró la osadía de Feyerabend de considerar la Ciencia como algo abierto y libre que no debe estar sometido a la rigidez de los métodos ya que estos capan las posibilidades de descubrimiento y crecimiento que deberían caracterizar a la Ciencia. Feyerabend hace un acertado análisis sobre como grandes científicos de la historia tuvieron que luchar contra esos dogmas llegando a estar en riesgo grandes avances, como la teoría heliocéntrica de Copérnico, que fue fuertemente criticada por los científicos de la época al ir en contra de los dogmas establecidos como irrechazables hasta el momento.
La denominación de anarquismo en la epistemología de Feyerabend no es casual. Su concepción de la Ciencia como un proceso humano en el que la máxima expresión de libertad individual va íntimamente ligada al desarrollo colectivo de la humanidad es uno de los principios básicos del anarquismo. Para el anarquismo, el individuo va construyendo su “verdad” basado en la interrelación cognitiva entre el conocimiento adquirido a lo largo de su vida, las lecturas realizadas, las experiencias vividas y, sobre todo, en el encuentro con sus semejantes, donde ofrece su punto de vista en un diálogo horizontal donde conoce otras “verdades” que son discutidas democráticamente enriqueciendo el conocimiento colectivo (y el individual) para, mediante el proceso dialéctico conjunto, construir procesos de actuación frente a la situación tratada.
Esto representa que la teoría es validada mediante el proceso colectivo, llevando esto implícito que lo correcto es definido en base a las características y posibilidades que ofrece el objeto de la investigación. Esto significa que el investigador no debería llegar con una idea absoluta y cerrada sobre la metodología que empleará, sino por el contrario, tendrá que construirla de forma conjunta (eliminando la separación de sujeto-objeto), adaptando las técnicas que utilizará al contexto en el que se encuentra sumergido. De esta forma, el investigador, pasa de encontrarse en una relación vertical sujeto-objeto a una relación horizontal donde se funde con el objeto de estudio para colocar el avance científico por encima de sus propias convicciones epistemológicas. El desarrollo epistemológico se impone a cualquier tipo de restricción metodológica proveniente de los diferentes dogmas científicos.
En el plano educativo considero que el anarquismo epistemológico postulado por Feyerabend ofrece claves para establecer procesos de enseñanza-aprendizaje humanos dentro de las instituciones educativas. La educación tecnicista, con el libro de texto o con el monopolio pedagógico del docente como baluartes de ella, impera hoy día en la mayoría de las aulas. En ella se aplica un material que lleva implícito un dogma metodológico (el mecanicista) sobre la población estudiantil sin tener en cuenta sus características socio-culturales, económicas, históricas o de estilos de aprendizaje. Es decir, ignora que cada grupo de estudiantes (y cada estudiante) es único y que, por tanto, precisa de estrategias singulares que se adapten a sus particularidades. En el caso del libro de texto, existe un material, el profesor lo ejecuta y el alumnado lo recibe. Ambos, profesor y alumnado, son seres pasivos en la creación del proceso de enseñanza-aprendizaje dentro de la educación tecnicista. En la versión del monopolio pedagógico del docente todo el proceso educativo emana de lo que el profesor considera correcto (metodología, contenidos, estilo de enseñanza, etc.), ignorando todas las características de los estudiantes envueltos en el proceso educativo. De esta manera, dificilmente podrá enlazar con los estilos de aprendizaje, los conocimientos previos o las inquietudes de los estudiantes lo que desembocará en un espacio educativo desmotivante donde el único objetivo será la evaluación. La idea de un método, cual sea, capaz de educar a todos desde una sola subjetividad no es más que un absurdo epistemológico y, por ende, educativo. La actual tónica educativa es la antítesis del anarquismo epistemológico, y no solo de este, sino también del constructivismo trabajado por Ausubel, Novak y Hanesian:
Si tuviese que reducir toda la psicología educativa a un solo principio, enunciaría éste: de todos los factores que influyen en el aprendizaje, el más importante consiste en lo que el alumno ya sabe. Averígüese esto, y enséñese consecuentemente.
Ausubel, Novak y Hanesian (1983)
Mediante el anarquismo epistemológico, tanto estudiantes como docentes se convierten en sujetos activos del proceso educativo, ambos se necesitan. El docente pone a disposición del alumnado todo su conocimiento sobre metodologías, técnicas, estrategias y elementos que favorecen un aprendizaje significativo en el alumnado. Los estudiantes participan en la construcción del proceso de enseñanza-aprendizaje a través del diálogo permanente con el docente en el que expondrán sus preferencias para el desarrollo de las aulas, así como sus conocimientos previos, inquietudes e intereses en la vida. Esta interrelación constante entre docente y estudiantes establecerá el espacio escolar como un lugar donde se desarrolla la democracia más radical, un lugar donde exponer las ideas de cada uno, establecer diálogos y llegar a acuerdos comunes en pos del desarrollo colectivo del aula y, por extensión, de la escuela y la sociedad. Otorgando el protagonismo de la construcción didáctica a docentes y estudiantes no solo lograremos un espacio educativo más adecuado a las características del grupo con el que trabajamos, sino que aportaremos habilidades tan esenciales para una sociedad democrática como son la libertad de pensamiento y expresión, la reflexión sobre lo más positivo para cada circunstancia, el diálogo en favor del beneficio común o el poder de decisión.
Las habilidades sociales se aprenden ejerciéndolas, sin embargo dentro del sistema educativo están en decadencia, colocando tanto a docentes como a estudiantes en la sumisión a lo dado, alienando sus capacidades humanas de libertad, diálogo, reflexión y decisión. En nuestras manos tenemos la posibilidad de revertir esta situación para comenzar a introducir en las aulas los elementos democráticos que tanto demandamos para nuestra sociedad pero que se encuentran ausentes en ella. ¿Queremos ciudadanos activos, democráticos y con libertad de expresión y pensamiento? Empecemos entonces permitiendo esas características a nuestro alumnado para que puedan interiorizarlas y desarrollarlas.
Bibliografía
Ausubel, D., Novak, J. y Hanesian, H. (1983), Psicología Educativa: Un punto de vista cognoscitivo. 2° Ed.TRILLAS, México.
Feyerabend, P. K. (1986), Tratado contra el método. Esquema de una teoría anarquista del conocimiento. Ed. TECNOS, Madrid.
Es evidente que países del sur necesitan visibilizar sus mecanismos para generar y validar conocimientos que la epistemología eurocéntrica logró encubrir. Saludos.
Bello texto!
Es importante, por ejemplo, que los alumnos sepan que detrás del celular u otro artefacto moderno que usen, hay millones de horas de teorías y esfuerzos de la comunidad científica, desde los primordios de la teoría del electromagnetismo con Maxwell hasta los modernos adelantos de tecnología celular. Que entiendan, despojase de las visiones más dogmáticas del positivismo lógico, que detrás del saber científico hay historias de vida, de llanto, de alegrías, de frustraciones, hay hipótesis que fallaron por no ser contratadas, teorías desechas que fueron reinventadas, etc. Que no sea borrada la vida que palpito! Realmente ese link que marcas entre una pedagogia critica como la del eminente pernambucaco Paulo Freire donde el dialogo tiene un lugar central y la «epistemologia anarquista» de Feyerabend es extremadamente fertil! La Razon es y debe ser cuestionada y la idea de un metodo sistematico para construir sabres nuevas es ridicula en verdad!
Es esta teoria pedagogica como la que propone Paolo Frerie en su libro La Pedagogia del Oprimido?
Hola guichama937, son espacios diferentes aunque interrelacionados. Feyerabend nos habla sobre la construcción del conocimiento, es decir, desde un punto de vista epistemológico, trabajando sobre la opresión que ejerce la ciencia sobre otras formas de conocimiento, mientras que Freire estructura toda una acción pedagógica para la liberación de la opresión en las relaciones sociales dentro de la sala de aula. No son exactamente lo mismo, pero para mi son totalmente compatibles la visión del anarquismo epistemológico y la educación dialógica de Freire para una construcción de procesos educativos respetuosos con los sujetos envueltos en la educación. Un abrazo!
Muchas gracias por tus palabras Bea. Creo firmemente que esta todo relacionado con el sistema pseudo democrático en el que vivimos. La cuestión de la democracia representativa, de votar cada x años y olvidarnos el resto del tiempo de que nuestra participación en las decisiones politicas del dia a dia se ve traspasado a la educación, donde profesores y alumnos eligen las asignaturas a recibir o impartir y el resto del tiempo quedan abocados a una posición pasiva receptora de lo dado. El anarquismo, tanto en su perspectiva epistemológica como política, considero que es la postura de democracia más directa y efectiva al involucrar a sus integrantes en procesos continuos de reflexión, diálogo y decisión. Muchos de los que critican las posiciones anarquistas lo hacen desde la ignorancia y replican que es desorden y descontrol, mientras que la realidad muestra que las organizaciones y procesos anarquistas son las que más orden y control imponen al estar en continua discusión y con la toma de decisión en la mano de sus participantes para ir solucionando las cuestiones que se presenten.
Un abrazo muy grande.
Me gusta mucho tu reflexión. Un docente no debería ser un actor que sigue el guión de una película, sino alguien que sepa transmitir sus conocimientos y que como tú muy bien dices, «Mediante el anarquismo epistemológico, tanto estudiantes como docentes se convierten en sujetos activos del proceso educativo.», ¿cómo hemos podido llegar a un sistema educativo en el que docente y estudiante han perdido su importancia como tales? Un abrazo desde Francia.