En diciembre de 2013 salió a la luz el primer número de nuestra revista. En la carta de presentación de esa edición inaugural afirmábamos que la razón para crear Iberoamérica Social no solo era proponer una revista digital más, sino también una red de creación y difusión del conocimiento donde sus integrantes puedan colaborar de forma horizontal, sin jerarquías, encarnando todas y todos un proyecto profundamente colectivo.
Por supuesto, como en todo proyecto humano, y por distintas razones, hay quienes nos han acompañado desde el inicio, quienes lo hicieron durante un periodo de nuestra historia y quienes se están incorporando recientemente. A todas y todos nuestro más sincero y afectuoso agradecimiento. No habríamos recorrido todo este camino sin el esfuerzo y el apoyo de cada una y cada uno de ustedes. Las dinámicas que hemos generado, los resultados obtenidos hasta el momento y las amistades que han ido germinando a lo largo de todo el proceso son parte de las experiencias gratificantes que llenan de vida y alegría esta revista-red.
A medida que nos acercamos a una década de trayectoria, ha sido necesaria una doble reflexión, retrospectiva y prospectiva. Cuando Iberoamérica Social irrumpió en la escena académica, había un sentimiento colectivo de imaginar y materializar formas-otras de producir y socializar el conocimiento, una suerte de malestar ante una institucionalidad hegemónica que descalifica todo aquello que no se publica en un idioma en particular o se haya alojado en unos sistemas de información específicos. Aunado a ello, las redes sociales, aunque ya presentaban algunos indicios, no se habían convertido del todo en ese espacio donde el imperativo mercadotécnico del publicita o perece marcaría la pauta de los contenidos que se divulgan en las diferentes plataformas que existen.
Por ello, y sin intenciones de ser poco modestos, la emergencia de la revista estuvo acompañada por un extraordinario respaldo. A cada número publicado le seguía un aumento significativo en el número de visitas a nuestra página web y a nuestros perfiles en redes sociales, donde cada uno de nuestros contenidos generaba mucha interacción. Además, los trabajos publicados en nuestras páginas poco a poco fueron adquiriendo notoria visibilidad. Al momento de escribir estas líneas, y según las métricas alternativas que ofrece Google Académico((https://scholar.google.es/citations?user=yLw9wuUAAAAJ.)), tenemos un total de 524 citaciones y un índice h de 10, esto es, que al menos 10 artículos publicados han sido citados como mínimo 10 veces. Todo ello nos llena de mucho orgullo, pues sabemos que iniciativas tan decididamente contrahegemónicas como la nuestra no siempre logran hacer frente de forma satisfactoria a la configuración predeterminada de la academia que las omite sistemáticamente. Así que extendemos nuestro agradecimiento a todas y todos los revisores que a lo largo de estos años han garantizado la calidad de nuestras publicaciones, así como a todas y todos los lectores, quienes, en última instancia, son los que validan públicamente el conocimiento generado.
Ahora bien, es necesario decir que, contrario a una radical democratización de la academia, esta se ha hecho aún más elitista en lo relacionado con las vías de circulación del conocimiento. Ciertamente, cada vez hay mayores esfuerzos para descentrar el androcentrismo, el eurocentrismo, la supremacía blanca y la heteronormatividad en los recintos académicos. Algo sin duda necesario para sacudir los cimientos y generar conocimientos encarnados en y situados desde la diversidad de experiencias y expectativas sociales existentes en el mundo. Pero ello no podrá materializarse del todo si no se agitan también las prácticas ontológicas que reproducen la academia que queremos transformar. Un ejemplo de ello es el mundo de la publicación científica, donde los factores de impacto y las indexaciones siguen determinado las reglas de la divulgación de conocimientos, a pesar de las múltiples críticas hacia la industria de las grandes editoriales privadas y cómo ellas cercenan el derecho de acceso al conocimiento como bien común.
Sin embargo, el fenómeno de las llamadas revistas y editoriales depredadoras complejiza aún más la situación. Constantemente, investigadoras e investigadores de las ciencias sociales (también de las humanidades y las ciencias naturales) estamos bajo la presión de publicar, ya que en algunos casos se ha constituido si no en el único, sí en el medio más importante de evaluación de nuestro desempeño profesional. Aunado a ello, en ocasiones se espera, o se estimula a través de bonificaciones u otras políticas, la publicación de artículos en los circuitos o idiomas hegemónicos de la publicación científica, algo que no todas y todos pueden lograr, no porque no dispongan de trabajos de calidad, sino por las tarifas de publicación de algunas de las revistas de alto impacto. Aquí aparecen un conjunto de «opciones de publicación rápida» donde los trabajos serían evaluados en menos de una semana y publicados sin mayores revisiones de estilo, a veces con unos costos un «poco» más «accesibles». Muchas de estas revistas comparten un rasgo común: no están indexadas en los sistemas de información dominantes.
Lamentablemente, este rasgo a veces ha sido utilizado como un indicador automático de la dudosa procedencia y calidad de una revista, en menoscabo de la transparencia y trayectoria de proyectos como el nuestro. Ello tiene un impacto directo en la disminución de trabajos recibidos, algo que en ocasiones coloca en aprietos la producción de un número en particular porque, como bien sabemos, no todos los trabajos recibidos pasan a revisión (al no cumplir con las normas editoriales), ni todos los trabajos evaluados son aprobados (porque no cumplen con la calidad suficiente)((Nuestra tasa de aceptación es de 26%)). Esta situación se agudiza más al tratarse de números con temáticas muy específicas. De hecho, inicialmente este número estaría dedicado al bicentenario de la independencia de Centroamérica, pero al no contar con suficientes trabajos de calidad, optamos al final por un número de temática libre.
En consecuencia, y ante el escenario descrito en estas páginas, hemos reflexionado mucho al respecto y decidido algo pragmático: aplicar a muchos más sistemas de indexación, tanto convencionales como alternativos, para fortalecer aún más la amplia visibilidad internacional que ya tiene Iberoamérica Social. Por muchos años nos habíamos resistido a la idea de insertarnos en los sistemas hegemónicos por, precisamente, ir en contra de los principios que fundaron la revista durante aquel explosivo atardecer en Bahía de Todos los Santos (Brasil). No obstante, ahora lo hemos reevaluado como una táctica dentro de una estrategia más amplia: mostrar que revistas como la nuestra son de igual calidad que muchas de las que están indexadas en las bases de datos de referencia global. Para ello, hemos hecho una serie de modificaciones en nuestra página web((https://iberoamericasocial.com/ojs/index.php/IS.)), garantizando que cumplimos con todos los requisitos de forma y fondo para iniciar una nueva etapa en Iberoamérica Social.
Otras innovaciones
Esta nueva etapa en la revista también va acompañada de nuevas direcciones en la red que hemos articulado en el transcurso de estos años. Recientemente, hemos establecido la conformación de Grupos de Trabajo para dinamizar mucho más las colaboraciones entre integrantes de la red y las y los colegas externos a ella. Por el momento, se han creado exitosamente dos grupos: 1) Ecosistemas en Educación y Tecnología en Tiempos de Pandemia, coordinado por Diana Fernández Zalazar y Cristian Jofre; y 2) EnREDados: Apropiaciones sociotécnicas y vida cotidiana, coordinado por Raúl Anthony Olmedo Neri. Próximamente realizaremos una actividad de presentación pública y formal de ambos grupos. Mientras tanto, si alguna o alguno de ustedes desea impulsar un grupo de trabajo con nosotros, pueden contactar a cualquiera de las y los integrantes de nuestro equipo((Pueden consultar el perfil de cada una de las personas que están directamente involucradas con Iberoamérica Social visitando el siguiente enlace: https://iberoamericasocial.com/nosotros/.)).
Y, para contribuir a dar mayor visibilidad a los trabajos publicados en esta revista-red, hemos realizado una serie de eventos en línea titulados «Diálogos Iberoamericanos», que se transmiten simultáneamente en nuestra página de Facebook((https://www.facebook.com/IberoamericaSocial.)) y nuestro canal de YouTube((https://www.youtube.com/channel/UCgxoCtRNDITFh6ftQKpM-pQ.)) poco después de la publicación de un número de la revista. Hasta la fecha, hemos realizado tres ediciones exitosas para abordar la temática de los últimos números: a) miradas y prácticas eco-sociales; b) la pandemia y el rol de las ciencias sociales; y c) los mundos en movimiento y las fuerzas instituyentes en la región. Probablemente, para los primeros meses de 2022 estaremos organizando una cuarta edición para presentar públicamente este número de temática libre.
Sobre los trabajos publicados en esta edición
Queremos ahora referirnos brevemente a los trabajos que encontrarán en las siguientes páginas.
Jesús Gómez Morán desarrolla un análisis literario de la idea de lo sublime en los romanceros decimonónicos iberoamericanos como un lugar de enunciación poético desde el cual se exalta la figura de los héroes patrios y los valores independentistas. Recordemos que, en ese entonces, las naciones independizadas atravesaban un doble proceso: la ruptura con el antiguo régimen y la reivindicación de paisajes y valores americanos. Bajo ese marco, el romancero viejo, aunque busca una cercanía con la poesía popular, es una producción literaria culta. Esa tensión con y/o conversión de la expresión popular respondía a una necesidad político-educativa: resaltar la idea de nación y la historia patria, donde la idea de lo sublime desempeñó un rol estético crucial.
El artículo de Johana Paola Peña Gómez ofrece elementos para analizar la conflictiva situación socioambiental en la Amazonía colombiana. Combinando enfoques neomarxistas y postestructuralistas, Peña Gómez asume una perspectiva ecológico-política para analizar las políticas implementadas en el departamento del Caquetá, enfocándose, por un lado, en la distribución ecológica desigual generada por la mercantilización de los bosques y, por otro lado, en las narrativas del desarrollo presentes en los planes del periodo 2001-2020. Ello le permite describir un proceso de capitalización de la naturaleza que articula regímenes discursivos modernos y posmodernos que subordinan otras formas de concebir el tejido de la vida, como aquellas encarnadas por comunidades campesinas, indígenas y afrocolombianas.
Desde Colombia, el artículo de Johana Fernanda Sánchez Jaramillo analiza algunas experiencias de movilización comunitaria ante la deforestación en el departamento del Caquetá y el impacto que tuvo en esa región el reconocimiento de la Amazonía colombiana y las generaciones futuras como sujetos de derechos. No obstante, como señala la autora, pese a la importancia de la sentencia STC4360/18 de la Corte Suprema de Justicia del país suramericano, es poco lo que se ha avanzado para materializar efectivamente los derechos de la Pacha Mama. La idea de desarrollo, aún en su variante «sostenible», sigue considerando a la naturaleza como un objeto a ser explotado, propiciando con ello todo tipo de conflictos socioambientales. Todavía queda mucho por hacer y la resistencia de los movimientos sociales continúa teniendo un rol central para lograr una justicia ambiental intergeneracional.
Cierra este número el ensayo de Lilia Ramírez que analiza la dimensión discursiva del conflicto geopolítico en Venezuela a raíz de la aplicación desde el año 2014 de una serie de Medidas Coercitivas Unilaterales (MCU) por parte de los Estados Unidos y algunos países europeos. A través de un análisis crítico del discurso, Ramírez identifica dos narrativas en la forma como el tema de las MCU es presentado en la opinión pública: una narrativa hegemónica que argumenta que las medidas están dirigidas únicamente a altos funcionarios del gobierno de Nicolás Maduro y otra narrativa, de resistencia o contrahegemónica, que señala a estas medidas como parte de un plan más amplio para forzar un cambio de gobierno a través de una política sistemática de bloqueo que vulnera los derechos más elementales de la población venezolana.
Dos anuncios finales
Por último, queremos entregar dos informaciones. En primer lugar, los próximos números de la revista serán de temática abierta y estaremos recibiendo trabajos en todo momento. Las fechas límites en las convocatorias serán, más bien, una fecha corte para organizar la producción de cada edición semestral. Consideramos que esta decisión contribuirá a visibilizar la diversidad de trabajos, miradas y métodos empleados en el conjunto de los estudios sociales. En segundo lugar, todas y todos aquellos investigadores o grupos de investigación que deseen organizar un número especial con nosotros, pueden contactarnos directamente para más detalles. Queremos apoyar en la medida de nuestros medios y posibilidades a la difusión de las diferentes iniciativas de colaboración académica que se generan a lo largo y ancho de Iberoamérica.
Equipo Editorial