
Con sus escasos 16 años Amalia una muchacha como cualquiera, había desaparecido de su casa. Nacida en un hogar como cualquier otro, siempre gozó de los privilegios de la vida en una ciudad metropolitana. Todos los días iba al colegio y le faltaba poco más de un año para lograr el bachillerato. Desde su punto de vista, asistir al colegio era simple pérdida de tiempo y si estudiaba era por que a plan de garrote moral sus padres prácticamente le obligaban a asistir a la secundaria. Pero en realidad lo que a ella le gustaba era salir con las amigas, irse de pindonga los fines de semana y si se podía echar algunos tragos encima, pues lo hacía, claro, los […]