
Cuando nos decidimos a comenzar un artículo o redactar nuestro trabajo de investigación, hay un sinfín de datos que necesitamos saber y aprendemos poco a poco, por inercia. De algún modo, nos formamos a partir de nuestros errores, pues durante nuestros años universitarios –en cualquiera que sea la rama-, no se nos ofrece información sobre cómo y cuándo se debe citar al pie, cuáles son los mejores consejos para realizar unas conclusiones, cuál es la diferencia entre divulgación e investigación, qué línea escoger para mejorar nuestro estilo, etc. No es fácil ponerse frente a una hoja en blanco y decidir qué camino escogerán nuestras líneas. Quizá haya quien escriba y no se plantee muchas cuestiones más allá de conseguir que […]