
Este ensayo se propone problematizar sobre las disputas discursivas e identitarias que ocurren entre los feminismos y los movimientos detractores. Se resaltarán las principales tácticas de deslegitimación de los grupos opositores, entre ellas la instauración de narrativas anti-feministas y el uso de insultos, acoso y hostigamiento, que tienen por objeto silenciar e incomodar a las mujeres feministas en su activismo.