Es común, y también recomendado por diferentes profesionales dedicados a estudiar e investigar estrategias para un “buen vivir”, que al comenzar un nuevo año nos fijemos metas o desafíos que sirvan de guía para los 365 días que nos esperan.
Vemos en aquello el oxímoron Absoluto Individual, que el sociólogo polonés Zygmunt Bauman define en su libro El arte de la vida. El componente absoluto de lo que recomiendan los profesionales viene dado por la idea universal de que los homo sapiens se deben fijar metas para el nuevo año, y el individual viene dado porque cada uno tendrá que planear su propio camino para el año, aquí deja de ser universal, para ser personal.

Fuente: historia-arte.com
La estrategia de ver la vida anualmente, puede ser un mecanismo de facilitar la comprensión de la existencia humana, pero si asumimos que viviremos varios “años nuevos” más, entonces esta estrategia debería ir en relación con nuestro proyecto o arte de vida. Aquí comienza un problema, que es definir cómo vivimos o entendemos la vida.
Bauman afirma que la sociedad actual se caracteriza por utilizar la destrucción creadora para la construcción de la vida, así lo que predomina es la idea del arte de la vida, en que somos artistas que vamos creando, destruyendo y recreando la escultura o pintura que representa (ra) nuestra vida (ver pintura de Rauschenberg, que utiliza la «destrucción creadora» sobre una pintura de una cama, creando una obra nueva). En ese sentido sería un estilo de vida socrático, caracterizado por la autodefinición, autoafirmación y presteza en aceptar que, como obra de arte, somos totalmente responsables por los méritos y deficiencias de nuestra vida.
Por otro lado, co-existe otra forma de ver la vida, en la que se elabora una planificación o se sigue una ya padronizada, que nos guía/indica lo que debemos hacer/conseguir para tener una “vida buena” o también utilizada para establecer si es “exitosa”.

Este proyecto de vida sería al estilo de Sartre, con características rígidas de principio a fin. Aquí se usa una especie de checklist de la vida de lo que debemos realizar durante nuestra existencia, para conseguir una vida buena o exitosa, en donde aparecen elementos como: conseguir una profesión, comprar un auto, matrimonio, comprar una casa, tener hijos, etc. El orden puede variar, pero los elementos que se deben conseguir se repiten para muchos homo sapiens.
En la contemporaneidad, lo que parece predominar es el Absoluto Individual de Bauman, en que somos proyectistas de nuestra obra de arte, un hibridismo de estilo de vida (ver pintura de Kandinsky). Podemos planificar para el futuro más próximo, o sea, seguir las indicaciones de los profesionales del “vivir bien” y establecer metas, pero debemos tener la disposición de alterar nuestro plan para que nuestra obra/vida se consiga adecuar a este mundo líquido moderno, en que lo sólido parece no hacer más sentido.

Fuente: todocuadros.es
Bibliografía
Bauman, Zygmunt. A arte da vida. Rio de Janeiro: Zahar, 2009.
Hola Alvaro,
Creo que en mi caso me va el estilo Absoluto Individual de Bauman, ya que mi vida se ha caracterizado por no mantener un rumbo determinado.
Gracias por tu texto, no conocía de Bauman por lo que ahora tengo una «meta» más para este año leer Vida Líquida.
Un abrazo desde México
Hola Elizabeth¡
Gracias por pasar por aquí. Bauman utiliza el Absoluto Individual como característica del sujeto en la contemporaneidad, pero me pareció que a su vez se ajustaba a un estilo de vida. Lo que indicas es interesante, el mantener un rumbo no determinado, que no es igual a sin rumbo. Me alegra la «meta» que te planteaste, en Vida Líquida Bauman también utiliza para su análisis de la sociedad la idea de destrucción creativa, así que podrás compreender de una fuente más experiente el concepto.
Este Homo Sapiens te envia otro abrazo desde Chile.